EL PRECIO DE LOS MIGRANTES VENEZOLANOS
Introducción
El pasado 19 de mayo de 2021, la Plataforma de Coordinación Interinstitucional para Refugiados y Migrantes de Venezuela, conocida como R4V, publicó la información más actualizada en relación con las estadísticas de la migración venezolana, así como los recursos solicitados para la atención de dicha población en los países de destino migratorio en el marco del Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes (RMRP) de Venezuela 2021. Toda esta información se recopiló y publicó en el contexto de la segunda edición de la Conferencia Internacional de Donantes en Solidaridad con los Refugiado y Migrantes Venezolanos, celebrada el pasado 17 de junio en Canadá, un evento de recaudación mediante el cual se esperaba superar el déficit de recursos del que adolece dicho plan, ello a pesar del esfuerzo realizado para convencer a la comunidad internacional sobre la supuesta gravedad de la crisis venezolana. Como dijimos, el RMPR detalló los fondos a solicitar por los principales países receptores de población migrante venezolana y su distribución entre los actores involucrados. En este estudio revisaremos las cifras divulgadas y formularemos algunas preguntas sobre ciertos detalles que llaman la atención.
Una revisión de los datos
Como datos generales, se informa que la población migrante y refugiada reportada por R4V alcanza las 5.643.665 personas, mientras que la población que se estima atender con el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela 2021 llega a 3,3 millones de personas distribuidas de la siguiente manera:
Lo primero que llama la atención es que la suma de la meta de personas a ser atendidas, según esta tabla, es de 2,6 millones de personas, y no de 3,3 millones como se afirma antes. Ello se explica más adelante, en donde se aclara que más de 660 mil personas pertenecientes a las comunidades de acogida, y por lo tanto no venezolanas, también serán beneficiarias del plan.
Por otro lado, según R4V, la estimación de población venezolana en el extranjero hacia finales de 2021 es de 8,1 millones de personas. De ser cierta la estimación, desde Venezuela tendrían que salir alrededor de 2,5 millones de personas durante el año para poder alcanzar esta cifra. Ello supone que de las fronteras venezolanas salgan alrededor de 6.850 personas diarias, y que no retorne nadie, todo lo cual luce improbable. En momentos de mayor efervescencia de la migración venezolana, entre los años 2017 y 2019, se llegó a especular con cifras de emigración no mayores a cinco mil personas diarias, pero difícilmente tales volúmenes se podían mantener por muchos días. En la actualidad, las cifras podrían ser mucho menores, mientras que las cifras de retorno son mu[1]cho mayores. En relación con la distribución de los recursos que se recibirían a través de los donantes, tenemos que la R4V agrupa a 159 organizaciones y socios que lleva[1]rían a cabo las actividades del plan, de acuerdo con la siguiente distribución:
Como podemos observar, se privilegia marcadamente a las agencias de ONU y a las ONG internacionales sobre actores como las ONG nacionales y otras organizaciones con trabajo en el terreno. Finalmente, se presenta una relación de los recursos solicitados por cada país o conjunto de países, así como la población de refugiados y migrantes venezolanos reportados por los diferentes gobiernos. La información queda resumida en la tabla siguiente: (Ver Tabla N0 3).
Como se puede observar, hay enormes disparidades entre los recursos solicitados por persona refugiada o migrante en cada país, que van desde los US$95,67 de los países centroamericanos o los US$ 100,59 de Chile, hasta los US$ 549,62 de Ecuador. Aquí cabría preguntarse sobre las razones de estas disparidades, y si se pueden atribuir a las carencias con las que arriban las personas en unos u otros países. Sin embargo, el monto solicitado por Ecuador supera ampliamente lo solicitado por países de la misma región, tales como Colombia y Perú, que solicitan US$ 367,77 y 261,91 respectivamente. No se puede afirmar que exista una diferencia apreciable en los perfiles de las personas que llegan a estos tres países, como para poder justificar tales diferencias. Tampoco se trata de economías diametralmente distintas ni de disparidades apreciables en cuanto al papel del Estado en la redistribución de la riqueza. Solo cabría preguntar a las organizaciones y agencias solicitantes de recursos sobre las razones que explican este fenómeno.
Conclusión
Según se pudo conocer en los foros previos a la Conferencia de Donantes, los así llamados refugiados y migrantes venezolanos han recibido diez veces me[1]nos recursos que las personas refugiadas como consecuencia de las crisis de Siria o Sudán. En parte, esta diferencia puede atribuirse a la aparición de la COVID-19 y a las consecuencias económicas que este virus ha generado en todo el mundo. Pero también es posible que la así llamada crisis de desplazamiento de las personas venezolanas sea un fenómeno poco relevante o creíble para quienes conocen el tema migratorio a nivel mundial, así como su extrema gravedad. De allí el fracaso que hasta ahora se ha evidenciado en los esfuerzos por recaudar fondos para las personas venezolanas migrantes. Las disparidades en cuanto a los recursos solicitados por persona refugiada o migrante venezolana no tienen una explicación fácilmente justificable, y siembran más dudas sobre el verdadero destino de los recursos que se logren recaudar. No es fácil entender cómo un migrante en Ecuador demanda más de cinco veces más recursos que los que llegan a Chile o a México, ni por qué es mucho más alto que en países vecinos como Colombia o Perú. Son precisamente estos los detalles que no han permitido que los planes de respuesta para refugiados y migrantes cuenten con los recursos que supuestamente requieren.