Todo es por el petróleo. Bloqueo económico en la industria petrolera de Venezuela y su impacto en los derechos humanos.
La obra presenta una línea cronológica de las medidas coercitivas unilaterales dictadas durante las administraciones de Barack Obama y Donald Trump contra Petróleos de Venezuela, SA (PDVSA), y los efectos derivados de la merma de los ingresos petroleros en los derechos humanos de la población civil en el país.
Desde hace cien años, la economía venezolana sufrió una transformación, que supuso el desplazamiento de la producción agrícola a la explotación petrolera a gran escala. Para 1926, los ingresos por explotación de crudos superaban los ingresos por la venta del café, hasta ese año, principal rubro productivo del país. Desde entonces esa brecha no hizo sino ampliarse.
En 1976 con la nacionalización de la industria petrolera, se conforma Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA).
Empresa estatal que concentrara la actividad petrolera del país. A partir de entonces, el Estado pasa a convertirse en el principal exportador de bienes, así como la principal fuente de ingresos de divisas extranjeras al país, por lo que le corresponderá ser el distribuidor de la riqueza.
Los ingresos por venta de crudo representan más del 95% de los ingresos del país. Además, es la industria petrolera la que concentra el grueso de la inversión extranjera, mediante la creación de empresas mixtas entre PDVSA y compañías petroleras internacionales.
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