ELEMENTOS DOCTRINALES, CONCEPTUALES Y PROCEDIMENTALES PARA EL ABORDAJE DE LA CONFLICTIVIDAD EN VENEZUELA
Entender todas las dimensiones involucradas en una situación de conflictividad es parte de la tarea esencial que nos puede aproximar a su resolución efectiva. Conocer y aplicar diferentes modos y técnicas para la transformación de los conflictos, parte de la disposición a examinar la propia conducta frente al conflicto concentrándonos en cuatro convicciones centrales:
• Todos vivimos conflictos. Los seres humanos podemos resolver conflictos, pero no vivir sin ellos.
• Elegimos la actitud y conducta que asumimos frente al conflicto. Debemos aprender a mirarnos y ver con otros ojos las posiciones aparentemente antagónicas.
• Podemos ver el conflicto como algo provechoso y productivo.
• Tenemos la capacidad de comprender las diferencias culturales y mejorar la comunicación.
Modos de contender en el conflicto
Es importante tener claro que hay muchos modos de contender en un conflicto, es decir, la actitud que asumen las partes ante el mismo. Hay cinco formas habituales de abordaje, a saber:
Lo importante por tanto será que las partes en conflicto concienticen la forma de interacción que establecen en la contienda y pasen progresivamente (en caso de estarlo) de un estilo competitivo, acomodador o de evasión, a un estilo negociador y/o colaborador, aprendiendo a escucharse y a ver el conflicto desde otra perspectiva, sin cegarse por la propia.
Estos aspectos son importantes a la hora de trabajar la resolución no violenta de conflictos. Actualmente es muy difícil manejar los conflictos a través de la negociación, el acuerdo u otros medios no violentos, porque esos métodos nunca se han enseñado sistemáticamente en los hogares, las escuelas o las instituciones que modelan valores sociales; existe un “analfabetismo” de la no violencia. Cada conflicto que se nos presenta (familiar, de amistad, grupal, escolar, organizacional, etc.) enfrenta una fuerza violenta o una no violenta… no hay tercera opción. Ante esta supuesta dicotomía, las instancias que juegan roles educativos no pueden ser “neutras” y su imperativo debería incorporar la no violencia y la educación para la resolución de conflictos con peso real en su dinámica cotidiana.
Una orientación amplia hacia la resolución de conflictos incluye no sólo cuestiones metodológicas, didácticas o contenidos, sino también y fundamentalmente, cuestiones relativas a un clima y una cultura coherente con estos principios, en la que estén involucrados todos los miembros de la comunidad afectada. Explorar los valores, creencias, actitudes asociadas a la resolución de conflictos requiere no sólo pensar introspectivamente acerca de motivaciones de fondo para la elección de ciertos métodos didácticos, sino también examinar la propia conducta frente al conflicto.